
- Ubicación: Madrid
- Rango precio: Brunch 20€
Violeta encontró en el Invernadero de Salvador Bachiller el pulmón en el centro de Madrid que necesita cada vez que visita la capital: «nada más bajar al bar (se encuentra en el sótano) me sentía como si estuviera dentro de un bosque tropical, porque tiene una variedad impresionante de plantas que cubre cada rincón del lugar.»
Zona sofás y mesas
Situado en la Gran Vía madrileña, a Violeta le encantó El Invernadero «porque lo verde me fascina, es como el pequeño pulmón de la metrópolis donde sientes que puedes respirar profundo y dejar salir toda la presión y estrés que llevas dentro». Dividido en 3 zonas principales, se ha aprovechado al máximo cada metro cuadrado del espacio: cuenta con la entrada y la barra decoradas con plantas y flores sueltos, el patio lateral donde hay dos estanterías con una gran variedad de macetas y mesas distribuidas para los clientes y el patio central, que es la parte más espaciosa de todo el bar, donde hay sofás, mesas y sillas.

Lo que me llama más la atención es el techo del bar. Han conservado el diseño original del sitio (estilo Industrial) y le han añadido grandes plantas, consiguiendo rincones muy especiales.
Aunque ella y sus amigas optaron por un pequeño brunch, en su carta podemos encontrar platos orientales y mediterráneos, cócteles y cafés; todo ello a base de productos muy frescos y platos muy creativos. Otro de los puntos fuertes son los detalles; toda su vajilla está personalizada con la identidad gráfica de Salvador Bachiller. Violeta nos cuenta que «a través de los detalles se nota que los dueños han dedicado mucho tiempo en diseñarlos y distribuirlos para que estén acordes con cada rincón del gastrobar.»
«Menos Netflix y más cócteles así» ¡BIEN DICHO! into the wild
Del servcio, Violeta nos cuenta: «El servicio es inmejorable y las personas que trabajan allí son muy amables y detallistas, porque intentan dar servicio personalizado al cliente según el gusto de cada uno.»
Lo especial del Invernadero de Salvador Bachiller es que su planta baja es la tienda de Salvador Bachiller, donde se venden productos de hogar, de decoración, ropa, bolsos, bisuterías etc. «Tiene cosas tan originales que al final no podía aguantarme y me llevé pendientes, portavelas en forma de piña, vasos en forma de bombilla, etc. «
Los detalles marcan la diferencia
«Es una idea original mezclar varios conceptos, combinando la gastronomía, la naturaleza y el shopping en un solo espacio, porque al final lo que intenta hacer llegar a la clientela no es sólo la comida creativa, el ambiente relajado y los productos ingeniosos, si no que también intenta añadir el valor conceptual y cultural a la propia marca Salvador Bachiller. «
Violeta lo tiene claro: el sitio es incluso mejor que imaginábamos. Antes de ir habíamos visto fotos y descripciones en sus redes sociales, pero vivirlo in situ es mucho mejor; pudimos desconectar por completo del mundo caótico y vivir esta experiencia tranquila y especial. Repetiré sin duda las veces que vaya a Madrid.

Recomendadísimo para: desconectar del bullicio de Madrid, perderte por sus 3 zonas, disfrutar de un buen brunch o un cóctel y respirar tranquilidad